Sin duda, la creación de figuras corpóreas es el peldaño más alto en el arte de tejer al crochet. Para recrear a los animales, es imprescindible «traducir» las formas, los contornos, y hasta las texturas de la naturaleza, a una combinación de números de puntos y diversidad de puntos básicos. Y saber pintar a fuerza de ganchillo todo eso que aparece en la imagen del animal que queremos copiar, pensar matemáticamente las cantidades iniciales de puntos, cómo y hasta dónde aumentar (o disminuir). Cada parte debe ser pensada de antemano (tenerla prácticamente toda resuelta) antes de ponerse con la aguja y la lana. Por supuesto que uno va haciendo ciertas correcciones o rectificaciones sobre la marcha, pero la idea cabal in abstracto es lo primero. Un consejo para cualquier figura (sea animal o humana, o hasta extraterrestre, si se quiere!) es empezar siempre creando la cabeza, luego el cuerpito, luego brazos y piernas, luego orejas y nariz y ojos (y todos los detalles del rostro).
Aquí les muestro mis queridos muñequitos. Viendo cómo los fui haciendo, van a comprender mejor cómo funciona este tipo de proceso creativo. ¡Espero que les guste mucho!
Hermosos!
Gracias Ana!