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Archive for the ‘ojales y presillas tejidas al crochet’ Category

Si bien son algo necesario allí donde se requieran botoncitos, los ojales y las presillas son en sí mismos un detalle que construiremos con el crochet, de la manera más prolija y más linda. Ante todo es bueno recordar que se deben contar con exactitud los puntos que conformarán el espacio intermedio entre ojal y ojal, o entre presilla y presilla (porque de lo contrario, los botones quedarán a distancias desiguales, y eso es horrible); tomamos la pieza delantera de la prenda y miramos: vemos, aquí se precisan tres, cuatro, cinco, o la cantidad de botones que sea; calculamos (¡y anotamos!) el número de puntos intermedios, y los respetamos en la ejecución.

No es conveniente comprar los botones antes de haber tejido por dónde habrán de pasar. Es mucho más fácil ir a la mercería con la prenda terminada, y probar cuál modelo y tamaño de botón sea el más adecuado, y que más nos guste de acuerdo al estilo general de la prenda.

Los ojales son más simples: al estar «dentro» de la extensión del tejido, se limitan a obviar tantos puntos como queramos para lograr el agujerito deseado. No necesitan terminación. Hechos en su medida justa, de añadirles una hilerita de cangrejo o de medio punto, resultarían demasiado gruesos y cerrarían de más la entrada para el botón.

 

Las presillas son más complejas, pero por contrapartida, son más coquetas y se prestan mejor a la originalidad: al estar «por fuera» de la extensión del tejido, sobre el borde, podemos crearle algún ribete elegante (y que favorece la resistencia de la presilla).

Para los chalecos en los que hayamos empleado un punto fantasía complicado, no es aconsejable el ojal sino la presilla, por razones obvias: donde hay cruces de varetas, o muchos calados, el «obviar» puntos equivaldría a intercalar no un agujerito para pasar un botón sino literalmente un «cráter» indeseable. Pero la presilla que hagamos en este tipo de chalecos deberá siempre guardar una fuerte semejanza con las líneas del dibujo de nuestro punto fantasía.

La vía básica para lograr una buena presilla consta de los siguientes pasos:

1) Sobre la hilera del borde de la prenda, cuando venimos tejiéndola, formamos un arco de base; puede se con punto cadena (más bien tirante que flojo el arco, cosa fundamental), o mucho mejor, con vareta o vareta doble (según sea más o menos grande la presilla, de acuerdo con el «tamaño» de los dibujos y el grosor de los hilados).

2) Hecho el arco, lo cerramos con un punto enano y giramos. Sobre esta segunda hilera de la presilla, rellenamos la totalidad del arco, lo más tupidamente posible, con todos medio puntos o media varetas, o varetas, según nos guste.

3) Cerramos la segunda hilera con otro punto enano; giramos, y tejemos o alguna hilera fantasía, o mejor, una hilera de punto cangrejo (algunas veces, no es imprescindible hacer esta hilera de fantasía o de cangrejo). Y ya hemos completado la presilla.

Un detalle (pequeño, pero importante y muy visible), es el cuidado de que los puntos enanos que formamos a cada lado del arco de la presilla sean tantos de un lado como del otro (no sea que de un lado cerramos dos veces sobre el mismo punto, y nos queda uno encima del otro, mientras que del otro lado hemos dilatado cerrando no sobre el mismo punto sino sobre el siguiente y así se expande en un punto más los límites de la «pieza» presilla); o cerramos siempre sobre el mismo punto enano de la vuelta anterior, o cerramos siempre sobre un punto más allá. Una vez más, la simetría marca la perfección. La observación y el cálculo constantes de lo que vamos haciendo garantiza tal simetría, y su perfección. Veamos algunos modelos:

OJALES Y PRESILLAS AL CROCHET

CLAUDIA DANEU (Soldebuenosaires)

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