Con las varetas en realce, hechas como «derecho» y «revés» (que ya hemos visto en el segundo capítulo//post), podemos obtener los clásicos básicos de dos agujas: el punto elástico (simple y doble), el punto arroz (simple y doble), y hasta el famoso punto inglés que, del revés, a crochet, queda hermoso (se hace así; primera hilera y todas las hileras impares: 1 punto derecho, 1 punto revés, y así sucesivamente; segunda hilera y todas las hileras pares: todo a punto derecho).
El elástico simple sirve para hacer prolijas terminaciones en puños, escotes y bordes inferiores de sweaters. El elástico doble logra un maravilloso «efecto morley», y es ideal para tejer poleras. Tanto el elástico simple como el doble se prestan para tejer cómodos y abrigadísimos cuellos volcados.
Así como los elásticos al crochet reproducen, en visión y en «elasticidad», a los elásticos hechos a dos agujas, por su parte el punto arroz (tanto el simple como el doble), cambian bastante su fisonomía al pasar de las dos agujas al crochet. El arroz simple hace un efecto similar a la trama de una esterilla; el arroz doble crea unos simpáticos y discretos pancitos rectangulares.
Pero no sólo los puntos básicos se pueden traducir al crochet; cualquier dibujo a dos agujas, con o sin calado, tiene su versión al crochet.
CLAUDIA DANEU (Soldebuenosaires)